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Cómo olvidar los gestos de placer de Mario Alberto Kempes o Daniel Bertoni en un colmado Monumental ante Holanda. Se cumplen 30 años del primer campeonato mundial logrado por Argentina. Fue el Mundial del '78,
jugado en nuestro país durante la más sangrienta de las dictaduras militares. Los recuerdos proponen una mixtura de reflexión y alegría. Porque la conquista fue un motivo de alegría, uno de los recuerdos que nadie podrá olvidar; pero también para pensar en los
crímenes cometidos por el Gobierno de facto en la triste Argentina.En lo futbolísitco no se podrá reprochar nada. Aquel Mundial marcó un punto de inflexión en la manera en que se manejó la Selección de fútbol.
Los méritos de los 22 jugadores y su cuerpo técnico por lo hecho dentro de la cancha, no se discuten. Fueron justos campeones, más allá del sospechado 6-0 sobre Perú. Las figuras de Kempes, Daniel Alberto Passarella, Ubaldo Matildo Fillol, Alberto Tarantini, Américo Gallego, Osvaldo Ardiles, Bertoni, Leopoldo Luque, no se apagarán nunca. Serán, entre otros, los artífices del primer gran éxito del fútbol argentino.También será recordado Jorge Carrascosa, que pudo ser el gran capitán, pero renunció un par de meses antes de la competencia porque sentía que se violaban sus "íntimas convicciones".
"En 1978 tenía 27 años y como el resto de los futbolistas de cualquier parte del planeta vivía la gran ilusión de jugar un campeonato del mundo en su casa (ya había estado en el de Alemania '74). Pero empezaron a ocurrir algunas cosas que me hicieron replantear todo. Incluso si el fútbol podía ser o no la gran prioridad", recordó el Lobo. Y agregó: "Estaba por nacer nuestra segunda hija. Las dos ahora son universitarias y me dieron nietas hermosas. Además, ya había tenido la experiencia de jugar el Mundial de Alemania cuatro años antes y salir campeón con Rosario Central y Huracán. "Por eso, cuando Menotti llamó a mi casa para darme a conocer la lista definitiva, ya tenía la decisión tomada. Recuerdo que le dije que agradecía el llamado, pero que no iba a seguir en la selección nacional por motivos personales".
Los nostalgicos todavía recuerdan los relatos de José María Muñoz, la pelota Tango y los cántos de "la banda quilombera que no deja de alentar". Tampoco podrán borrar jamás de la retina el 2-1 sobre Hungría, el triunfo sobre Francia, y la caída ante Italia en River. Ya en Rosario el 2-0 sobre Polonia, las atajadas del Pato ante Brasil, el 6-0 sobre Perú y la final ante Holanda.
Pero lo que nadie debe dejar de registrar, es el recuerdo a los desaparecidos durante la dictadura.Citarfuente:http://www.edicionnacional.com.ar/