Cine y Memoria

Publicado por Moira, Febrero 26, 2008, 03:14:31

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Moira

Cine y Memoria

Coordinación: Prof. Sandra Raggio.
Textos: Mariana Amieva, Gabriela
Arreseygor, Raúl Finkel
y Samanta Salvatori.
http://www.comisionporlamemoria.org/

La relacion entre el cine y la historia

El cine nos puede ayudar a comprender zonas de los procesos históricos que
no son contempladas desde las fuentes tradicionales utilizadas en la
reconstrucción histórica. Las películas tienen la capacidad de sacar a la luz
aspectos no visibles desde los textos escritos y muchas veces hasta
contradecirlos. Esta relación entre el cine y la historia le permite al
historiador Marc Ferro decir: "Aquí hay materia para otra historia, que, por
supuesto, no pretende ser un conjunto armonioso y racional como la
historia, sino que más bien contribuirá a su perfeccionamiento o a su
destrucción."
Por esta razón es cada vez más común el uso de películas en las clases de
historia, tanto en la educación superior como en el nivel medio. La elección
de este recurso responde a varias razones. Por un lado, se ha hecho cada vez
más accesible el uso de los materiales audiovisuales: los televisores en las
escuelas dejaron de ser productos exóticos y se incorporaron rápidamente a
la grilla de actividades escolares. Resulta un recurso actual, acorde con las
reformas modernizadoras, y por cierto, se piensa como más atractivo para
los jóvenes, mucho más acostumbrados a las imágenes que a los textos.
Pero estas características del cine plantean otras posibilidades y algunos
límites. Tal vez no sea pertinente hablar de novedad al respecto, pero lo
cierto es que recientemente el cine comenzó a ser tomado en serio en su
relación con la historia. Dejó de ser visto como una mera ilustración de las
fuentes escritas o como una fuente secundaria y cada vez es más común
encontrarlo dentro del ámbito académico. Este reconocimiento del cine
demostró que las imágenes tienen cualidades distintas que las palabras y
que si bien son complementarias, no son asimilables los tratamientos que
cada material requiere.
La relación entre cine e historia puede pensarse desde distintas
perspectivas: el uso del cine como fuente de la historia; los filmes como
formas de relato histórico; el cine como agente de la historia, y, vinculado a
esta mirada, podemos analizar finalmente al cine como vector de memoria.
Estas distintas miradas de la relación entre el cine y la historia no son
excluyentes y pueden complementarse en los abordajes de las películas.
El cine como fuente de la historia: Este uso que hace la historia de las
imágenes en movimiento como fuente de información tiene ciertas
particularidades. Un ejemplo clásico son los documentales o los noticieros
que recopilan información de un acontecimiento. Las cámaras de los
ejércitos aliados toman imágenes de un campo de concentración en
Polonia, una señal de televisión filma la conferencia que dieron los presos
de Trelew ante la fuga frustrada. Estas imágenes nos aportan información
valiosísima de los hechos. Pueden ser imágenes en crudo, sin ninguna
edición y que por sí solas son fundamentales para dar cuenta del
acontecimiento. Pero ésta no es la única forma en que las películas pueden
funcionar como fuente. Tan valiosos como esos datos, resulta la
información que los filmes nos pueden dar sobre una época, del momento
histórico en que se generó ese relato.
Aquí no es tan importante considerar cuán útiles nos pueden resultar las
imágenes para ilustrar el hecho, sino que logran, a veces a pesar suyo,
iluminar a la sociedad que las produjo. Tal es el caso de películas como
"Quebracho" (de Ricardo Wullicher, 1974) o "La Patagonia rebelde" (de
Héctor Olivera, 1974), que nos hablan también del auge de las luchas del
movimiento obrero en los años '70 y de la búsqueda de legitimación en esas
tradiciones.
El cine como relato histórico: Las imágenes por sí mismas no constituyen una
película. Es necesario un guión, en el cual se prevé un montaje determinado
de las imágenes y que construye un relato particular que, junto con el texto y
la banda sonora, nos cuentan una historia. Creemos seriamente que ésta es
una de las formas que puede adoptar la narración histórica, manteniendo,
por supuesto, características totalmente distintas a los estudios
monográficos: nos pueden mostrar aspectos distintos e inalcanzables para los
textos escritos. Como dice Pierre Sorlín: "Los filmes nos ofrecen esa cosa rara,
que los textos no transmiten: el color, la luz de la época. No la luz objetiva,
real, que estaba, la de hoy, sino la luz imaginaria que daba sus colores al
espíritu del tiempo. El discurso histórico no es una letanía de datos y hechos,
es una narración que intenta recrear un momento del pasado. ¿Puede haber
narración sin color y sin emoción? Claro que no. Los filmes no aportan datos
pero permiten al historiador revivir lo que ha dejado de existir."
El cine como agente de la historia: Además de su función como testigos o
testimonios de una época, los filmes pueden convertirse en "hacedores" de
historia, lograr ellos mismos intervenir en los procesos, participar e
interactuar con la sociedad que los genera. Esta característica no le cabe a
todas las películas, pero cada uno puede hacer un breve registro de las
imágenes que los impactaron fuertemente y comprobar que la mayoría de
las veces, esa impresión es colectiva. El cine de propaganda política es un
claro ejemplo de esto último, en los que las películas son generadas
pensando en el impacto deseado y con una clara intención de provocar una
reacción determinada. "La hora de los Hornos", de Fernando (Pino) Solanas y
Octavio Getino o la producción del Grupo Cine de la Base son un claro
ejemplo de este tipo de filmes en los que no sólo analizan determinados
procesos y acontecimientos sino que se plantean como propuestas para el
debate y para la acción.
El cine como agente histórico logra frecuentemente (y con mayor sutileza)
generar distintas ideas sobre los procesos históricos, operar al nivel de las
mentalidades, ser una herramienta ideológica, donde puede ayudar tanto a
establecer algún proyecto político, como imponer distintas pautas de consumo.
El cine como vector de memoria: Relacionado con esto último, finalmente
abordamos la cuestión de la memoria. En el proceso de la construcción de la
memoria colectiva sobre un hecho, las películas cumplen, sobre todo en
nuestra época, un papel fundamental. Podemos decir que hasta llegan a
reemplazar los recuerdos y vivencias directas que tenemos sobre los distintos
acontecimientos; éstos quedan sobreimpresos por las imágenes de aquellas
películas significativas que le dieron un molde a nuestras propias imágenes
del pasado. Filmes que terminaron por enseñarles a las nuevas generaciones
las formas posibles, muchas veces predominantes, de pensar un hecho.

El cine antes del Golpe de Estado

Durante los últimos 25 años, el cine argentino se convirtió en reservorio de las
distintas miradas que atraviesan a la memoria, planteándose así una diversidad de
registros, géneros, enfoques, relatos y sentimientos.
Cuando hablamos de representaciones sobre la dictadura (teniendo en cuenta
tanto las continuidades como las rupturas) o de discursos audiovisuales
relacionados con esta temática, inmediatamente nos preguntamos en qué punto
puede establecerse un corte temporal que nos permita indagar en la relación entre
cine y memoria; desde dónde debemos partir en la historia del cine argentino para
poder explorar la construcción de la memoria de la dictadura. Aquí, el recorte
resultará más amplio, en la medida en que tengamos en cuenta que la propia
historia de un acontecimiento (la dictadura) comienza a ser relatada durante el
transcurso del acontecimiento.
Por esta razón, la propuesta es indagar el mundo del cine y sus representaciones
desde los pasos previos al golpe de 1976, es decir, poder preguntarnos quiénes
intervinieron y con qué objetivos en el cine de los años 70, quiénes supieron gestar
un cine político capaz de sentar las bases para un compromiso social que persista
en las diferentes producciones que acompañan y gestan la memoria circulante de
la dictadura.
En este sentido, se advierte que se trató de una coyuntura sobre la cual el cine
ensayó una mirada renovadora, tanto en la ruptura con las formas tradicionales de
entender y hacer cine (estético-burguesas de Hollywood, por decirlo de alguna
manera), como en el compromiso político con los cambios que se iban gestando en
el país. Ya hacia fines de los años 50, se había vislumbrado en toda América Latina
cierta tendencia que, a través de un realismo alejado de la "fiel reproducción",
pretendía mostrar una lectura histórica de la sociedad que se enmarcara en un acto
de denuncia, para instruir, sensibilizar y sublevar al espectador. La propuesta
giraba en torno a una cuestión hasta entonces silenciada: escribir aquella historia
no dicha o directamente negada. Es decir, ante la información oficial, el objetivo
era contrainformar.
El filme La hora de los hornos quizás pueda representar el hito que instala esta
nueva forma de hacer cine en la Argentina de los ´70. Realizada por Fernando (Pino)
Solanas y Octavio Getino durante el gobierno militar de Onganía, este filme instaló
la necesidad de redefinir tanto la forma de hacer cine como la función del cineasta
en las sociedades latinoamericanas. Unidos a los objetivos de la renovación
continental, el filme explicitaba sin mayores eufemismos la denuncia contra el
neocolonialismo en Latinoamérica, presentando a su vez, un llamado a la acción
revolucionaria.
De esta manera, Solanas y Getino, junto con Gerardo Vallejos y Egdardo Pallero,
fundaron el Grupo Cine de Liberación, el cual contó con un manifiesto llamado
"Hacia un tercer cine". Allí se expresaron todas las ideas en torno a lo que se dio en
llamar "cine revolucionario".
Catalogada por muchos como ensayo político-cinematográfico, La hora de los
hornos, consta de cuatro horas y media de material de diferentes fuentes: imágenes
documentales, entrevistas, estadísticas y fragmentos de cortos. La película está
dividida en tres partes independientes que, a su vez, completan una unidad. La
primera parte, Neocolonialismo y violencia (95 min.), nos habla de la historia de la
dependencia de la Argentina, analizando las formas y métodos de este proceso. La
segunda parte, Acto para la liberación (120 min.), relata la historia argentina desde
1945 hasta 1966, prestando especial atención a las limitaciones del activismo
espontáneo. Finalmente, Violencia y revolución (45 min.) es un claro llamado a la
praxis revolucionaria para la transformación de las estructuras capitalistas y la
erradicación definitiva del neocolonialismo. Podemos ver aquí un claro ejemplo de
cómo los filmes pueden funcionar interviniendo, modificando, interactuando con
la sociedad que los produjo, es decir, como agentes de la historia.
Para el Grupo Cine de Liberación, hacer cine era un acto de lucha política con la
intención de transformar la manera de ver cine de los espectadores. Pero ¿quiénes
eran esos espectadores? No se pretendía encontrar al público interesado en las
salas comerciales. Debido al contexto de represión que se vivía en aquel entonces y
a los propios intereses del grupo, se estableció una forma clandestina de
distribución y exhibición. La película se proyectó en los barrios, en reuniones
sindicales, en asambleas de organizaciones políticas y estudiantiles, con el fin de
interpelar directamente a los espectadores, completándose de esta manera la idea
de cine militante, "aquel que se asume integralmente como instrumento,
complemento o apoyatura de una determinada política y de las organizaciones
que la llevan a cabo". Esta estrategia de comunicación permitió que el filme
sorteara la censura y pudiese ser visto, entre 1969 y 1973, por casi cien mil
espectadores.
Una vez finalizada la película, Solanas y Getino rodaron en España dos
documentales apoyando a Perón y, posteriormente, fueron alineándose hacia
Montoneros. Paralelamente, y al calor de los acontecimientos políticos que vivía la
Argentina, surgió desde la izquierda la idea de crear un cine que se correspondiera
con sus ideales revolucionarios. Con varios puntos de contactos con Grupo Cine de
Liberación se funda el Grupo Cine de la Base, liderado por el cineasta Raymundo
Gleyzer. En un principio, Gleyzer se vinculó al PRT-ERP (Partido Revolucionario de
los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo) filmando dos documentales
(Comunicados Cinematográficos ERP Nros. 2, 5 y 7, 1972) que mostraban el accionar
político del ERP. Cuando el partido disolvió sus iniciativas culturales, Gleyzer
formó, junto con el realizador Álvaro Melián, el sonidista Nerio Barberis y otros
intelectuales, Cine de la Base un colectivo que, sin pertenecer directamente al PRT,
no se desvinculó totalmente de los fines políticos. Su objetivo inicial era responder
a los problemas de distribución y exhibición, es decir, la idea era que las películas
llegaran a los sectores populares, que se exhibieran en los barrios, las villas y que
acompañaran una discusión abierta. Así, Cine de la Base se consolidó en 1973
cuando la primavera camporista permitió una llegada más fácil a las bases. Poco a
poco la situación fue volviéndose más dura y a fines del ´74, las proyecciones
pasaron a ser clandestinas.
Uno de los filmes más significativos de aquel momento fue Los traidores (1973) de
Raymundo Gleyzer. Si bien fue un largometraje ficcional, devino en un gran
relevamiento documental de la burocracia sindical. A partir de este filme, el grupo
se planteó la posibilidad de extender sus actividades de exhibición y debate hacia
el campo de la producción. Posteriormente se filmó Me matan si no trabajo y si
trabajo me matan (1974), un registro en formato de cortometraje de la huelga de
trabajadores enfermos por saturnismo.
En toda la producción de Gleyzer quedó claramente impreso su ideario
revolucionario. Sus palabras lo refuerzan: "Cuando sostenemos la posición de que
el cine es un arma, muchos compañeros nos responden que la cámara no es un
fusil, que esto es una confusión, etc. Ahora bien, está claro para nosotros que el
cine es un arma de contrainformación, no un arma de tipo militar. Un instrumento
de información para la base. Este es el otro valor del cine en este momento de la
lucha (...) Es así como nosotros entendemos que el cine es un arma".

El cine durante la dictadura militar

Después de tanta renovación, todo fue acallado. A partir de 1976, con los
militares nuevamente en el poder, la censura, la represión, el exilio y la
desaparición de cineastas, despejaron el camino para que un cine cómplice de
los fines e intereses del gobierno militar dominara la cartelera de estrenos
nacionales.
En ese momento, las FFAA se interesaron en fomentar un cine que mejorara su
imagen ante la sociedad y contrarrestara el primer impacto que las
informaciones "filtradas" en medios del exterior pudieran causar.
En función de este objetivo, los filmes fueron minuciosamente elegidos y
apoyados –a través de subsidios y premios– por el Instituto de Cine. Mientras
tanto, la censura del Ente de Calificación Cinematográfica (con la peculiar
figura de Miguel Paulino Tato) completaba el disciplinamiento.
Para un mejor análisis, podemos establecer algunos tópicos que nos ayuden a
caracterizar al cine de ese momento. Sergio Wolf plantea que existía una
compulsión a narrar historias sobre facciones enfrentadas, donde el objetivo
era exterminar la diferencia, eliminar al "otro". Estos grupos, a veces, se
representaban identificándose con alguna de las FFAA, como en Los drogadictos
(Enrique Carreras, 1979) o en Dos locos del aire (1976) y Brigada en acción (1977),
realizadas por "Palito" Ortega, quien en esos años desarrolló su –corta pero por
nosotros recordada- carrera de director. Cuando se trataba de grupos de tareas
en donde la misión era "pacificar el país", la identificación se tornaba difusa.
Así lo podemos ver en La aventura explosiva (de Orestes Trucco, 1977) o en Los
superagentes biónicos (de Mario Sábato bajo seudónimo de Adrián Quiroga,
1977), película que pertenece a la larga serie de Los Superagentes "Delfín",
"Mojarrita" y "Tiburón". También "la figura quirúrgica del cuerpo enfermo y la
del país como establecimiento a reformar" (en la cita de Vallina) fueron
imaginarios plasmados en filmes del tipo de Y mañana serán hombres (Carlos
Borcosque, hijo, 1979), Desde el abismo (Fernando Ayala, 1980) y El bromista (de
Mario David, 1981).
En general, la producción cinematográfica durante la dictadura no disminuyó
en cantidad, aunque se vio colmada de comedias ligeras o que apuntaban a
enaltecer los valores familiares, religiosos, del trabajo y el orden. La lista es
amplia y contaba con gran apoyo por parte de las FFAA.
Por otro lado, no debemos olvidar que también existió, por parte de algunos
cineastas, el intento de denunciar la situación que se vivía en la Argentina.
Mediante un estilo metafórico, el encierro, las desapariciones y el miedo
lograron una representación en clave. Fue así como José Martínez Suárez realizó
Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976); Sergio Renán, Crecer de
golpe (1977), con libro de Haroldo Conti; y Alejandro Doria, La isla (1979) y Los
miedos (1980). Por su parte, Adolfo Aristarain realizó dos filmes que
posteriormente lo consagrarían como uno de los directores más importantes de
los años 80: Tiempo de revancha (1981) -la rebelión de un individuo ante una
gran corporación puede proyectarse a la relación con un Estado policial- y
Últimos días de la víctima (1982), alusión al ocaso del gobierno militar. Éstos
serían la antesala de Un lugar en el mundo (1991), donde años más tarde dejará
plasmada la herencia de aquellos años de horror.
Desde el exilio la situación no era más fácil. Quienes debieron irse encontraron
poca respaldo (principalmente económico) en el exterior. Sin embargo, se
realizaron algunos filmes que condenaban la situación argentina. Grupo cine
de la Base en Perú, después de la desaparición de Raymundo Gleyzer, realizó Las
tres A son las tres armas (1977). Basada en la carta a la Junta Militar escrita por
Rodolfo Walsh, sus autores la calificaron como cortometraje de "denuncia de la
resistencia cultural en el exilio". Durante el Mundial de Fútbol del 78, mientras
Renán daba un paso en falso en su carrera con La fiesta de todos, ochenta
copias del corto fueron distribuidas y pasadas en los canales de televisión de
todo el mundo. Después de Las tres A son las tres armas, Cine de la Base se
disolvió. Para sus integrantes, el grupo ya no tenía sentido: "Desde afuera, no
se habla más. Se habla desde adentro y si no estamos adentro no hablamos".
También se realizaron otros documentales como La vaca sagrada (de Jorge
Giannoni, 1978), sobre las dictaduras militares y Esta voz entre muchas (de
Humberto Ríos,1979) que trataba sobre los desaparecidos y la lucha de las
madres de Plaza de Mayo.
Acercándonos al declive del gobierno militar la situación ya era diferente y el
cine argentino comenzó a navegar por los quiebres del régimen. Inspirados en
la experiencia de Teatro abierto, en 1982, se proclama Cine abierto. La
modalidad de trabajo fue exhibir filmes que durante mucho tiempo habían sido
prohibidos, además de la difusión de debates en torno al pasado y el futuro del
cine en la Argentina.
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Aguzta

Me gusto el informe. Rescato el hecho de que el cine es muy buen elemento didáctico para la educación.

Hoy por hoy los alumnos están sometidos a un mundo donde predominan las imágenes sobre todas los cosas. Es por esto que el poder adecuarse a sus intereses para determinados temas es mucho más fructífero que hacerles leer un libro, en donde quizás no tengan el mismo grado de aprehensión.

El aspecto que se genera negativo en cuanto al cine como parte de la historia en la educación, es que las producciones cuentan con varios años encima y la imagen cambia con el paso del tiempo.Es por esto que quizás a los chicos no les llame demasiada la atención películas, que si bien relatan parte de nuestra historia, tiene en su haber 30 años aproximadamente.

Otra cosa a tener en cuenta es que el cine, como todos medio de comunicación, es un instrumento de poder que sirve para manipular y para influir. Muchas veces cae en el subjetivismo del productor y terminamos viendo una "verdad" tan transgiversada como la de aquellos libritos de historia lleno de próceres de oro.

Moira

Coincido con vos Aguzta.
El cine es un instrumento pero creo que tambien hay que leer y de diferentes autores para poder sacar propias conclusiones y tratar de comprender mejor.
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Sasaki

cine elemento educativo  :-\

no me parece la verdad , si es ciertro que hay muchas peliculas que tratan de dar un mensaje educativo desde algun punto de vista, pero aun asi no me convence

la verdad que si se quiere un elemento educativo habria que leer mas y menos pelis

esta muy bueno el post , pero lo que paso en argentina con el cine y los militares paso en todo lados del mundo , dijamos el cine nacio como un elemento politico
tienes tantas posibilidades de tener una relación sexual con Penny como el telescopio Hubble de descubrir que al centro de todo agujero negro hay un hombrecito con una linterna buscando un interruptor - by Sheldon Cooper

Aguzta

Es un elemento educativo desde el punto de vista que muchas veces un tema puede darse acompañado por una película. Eso genera mucha más motivación en el alumno y se favorece, de este modo, el proceso de aprehensión de la información.

No se plantea el hecho de que dejen de estudiar de libros, sino simplemente que se acompañe al estudio con materiales creativos para que puedan sentirse más motivados.

El cine es un material didáctico que a nivel aúlico atrapa mucho a los alumnos, les genera entretenimiento y esto promueve una mejor predisposición al conocimiento.

Te lo digo como docente que soy, es una muy buena herramienta para trabajar con los chicos siempre y cuando tengas en claro los objetivos y contenidos  :up: 

Moira

Cita de: Aguzta en Febrero 29, 2008, 15:18:18
Es un elemento educativo desde el punto de vista que muchas veces un tema puede darse acompañado por una película. Eso genera mucha más motivación en el alumno y se favorece, de este modo, el proceso de aprehensión de la información.

No se plantea el hecho de que dejen de estudiar de libros, sino simplemente que se acompañe al estudio con materiales creativos para que puedan sentirse más motivados.

El cine es un material didáctico que a nivel aúlico atrapa mucho a los alumnos, les genera entretenimiento y esto promueve una mejor predisposición al conocimiento.

Te lo digo como docente que soy, es una muy buena herramienta para trabajar con los chicos siempre y cuando tengas en claro los objetivos y contenidos  :up: 

Estoy totalmente de acuerdo :up:
Por tus palabras se nota que sos buena docente y que te preocupas por el aprendizaje de tus alumnos.
Yo nunca fui docente, pero llegue hasta alumna universitaria, y por mi experiencia siempre digo que un buen docente es aquel que sabe lograr la atención y entusiamo a un alumno al dar un tema.
Por si te interesa la nota que puse arriba esta sacada de http://www.comisionporlamemoria.org/
Saludos
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Sigmundo

No, no, no... basta de la mentira del cine educativo y su implementación en los colegios. Basta de los profesores que  para demostrarte lo avanzados que son te hacen ver todos los años "2001: Odisea del Espacio", una película que no sólo no entienden, sino que no tienen ni idea quienes son Kubrick y Clarke. Basta de eso.

Reconozcamos sinceramente que como alumno ir a ver una película es como si fuera una hora libre. E incluso en algunos casos, era preferible leer el libro o tener la clase que ir a dormirse antes que ver a Beban disfrazado de Rosas.

El cine es entretenimiento, puede llegar a tener algunos rasgos culturales, pero es un medio que debe apuntar a entretener. Basta de los documentales somnolientos. Porque de ser así es mucho más didáctico leer un libro.

Realmente hay poco cine "educativo" que valga la pena, aunque siendo precisos hay poco cine que valga la pena y por una razón lógica, "educativo" mucho menos.

Aguzta

Otra vez más Sigmundo, estás equivocado  ;)

Entiendo lo que decís de Beban disfrazado de Rosas, pero no todo es así... Justamente se trata de buscar y encontrar cosas que a los alumnos motiven... Materiales y herramientas educativas hay a un montón, es tarea del docente seleccionar lo que mejor concuerda al grupo aúlico.

Sigmundo

A ver Trip, una cosa es decir prefiero ver una película que escuchar al docente. En eso estamos de acuerdo. Pero partamos de la base que lo que motiva a los alumnos es justamente eso, perder la hora viendo una peli, no "el valor educativo" que la misma tenga.

Vos hablás de las clases de inglés, a mi me hicieron ver Siete Años en el Tíbet. ¿Me podés explicar que tiene de educativo Siete Años en el Tíbet? Incluso dejando de lado el valor de la película y tomando en cuenta que el objetivo sea escuchar el idioma, Siete Años en el Tíbet tiene menos diálogo y menos vocabulario que una película de Chaplín. ::)

O sea...  hay que tener un motivo razonable para proyectar una película en una clase, no sólo para que la clase no joda y así tener tiempo de corregir los exámenes. En mi experiencia personal son los menos los que tienen un motivo específico y razonado para pasar una película determinada y a partir de ahí explicar algún tema pero bien fundado.

Abrazo.

Sig.

Moira

Todo depende del alumno, del profesor y del alumno, no es ni blanco, ni negro, es una combinación de muchos factores.
Cuando yo tenia 13 años con el colegio fuimos a ver "Los Unos y Los Otros", todos estabamos enojados y diciendo que iba a ser un embole, sin embargo todos, o casi todos agradecimos a la profe habernos llevado a ver "semejante pelicula", todos quedamos atrapados!!!
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urdaplancheta

hay ciertos temas de nuestra historia que es necesario hacer llegar a quienes no los vivieron, mas alla de la dudosa efectividad que como herramienta educativa pueda tener el cine.
si el tema es cine y memoria, creo que este puede ser una forma efectiva de meter un poco mas a los pibes en la historia, acercarlos un poco a traves de imagenes a los hechos que no vivieron pero que hacen al pais en que viven.
Pero en general coincido con sigmundo e que el cine no educa, en todo caso dispara alguna reflexion o debate sobre el tema en cuestion, pero en si mismo el cine que pretende ser educativo es un embole, y el uso que se hace de el por muchos docentes es sacarse de encima y mantener controlados a los pibes un rato.
La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.

Sasaki

No voy  a estudiar mas , ahora me educa discovery channel jaja  ;D ...

Quieren educacion : Estudien , agarren un libroooo!!!!
tienes tantas posibilidades de tener una relación sexual con Penny como el telescopio Hubble de descubrir que al centro de todo agujero negro hay un hombrecito con una linterna buscando un interruptor - by Sheldon Cooper

Aguzta

Cita de: urdaplancheta en Marzo 02, 2008, 12:47:52
...dispara alguna reflexion o debate sobre el tema en cuestion...
Esto es mucho más valioso que el simple hecho de repetir fechas al mejor estilo conductista de la educación.
Que una persona puede entrar a reflexionar y debatir argumentando sobre un tema es algo que no lo logran muchos.

Cita de: Moira en Marzo 02, 2008, 12:06:29
Todo depende del alumno, del profesor y del alumno, no es ni blanco, ni negro, es una combinación de muchos factores.

Coincido totalmente con Moira. Todo depende del grupo aúlico y del profesor. Es una combinación de muchos factores.
Uno como docente debe realizar un análisis del grupo en cuestión y de acuerdo a los intereses generales plantear el proyecto educativo. Hay grupos en los que se puede utilizar el cine y otros en los que no. Todo va a depender, no es algo constante.

Cita de: Sasaki en Marzo 02, 2008, 13:40:05
Quieren educacion : Estudien , agarren un libroooo!!!!

El educar implica desarrollar las capacidades intelectuales de las personas. El alumno debe integrar tanto sean contenidos conceptuales como actitudinales.
Los conceptuales son muy fáciles sacar de los libros, uno aprehende datos, conceptos, fechas, etc. que son importantes.
Los actitudinales comprenden una rama de conceptos que pasan más allá de algo que uno "pueda leer", sino que entra en juego lo que es el pensar, el deducir, el razonar.
Si tan sólo nos quedamos con los libros, estamos vedando las capacidades intelectuales; como asimismo si nos quedamos sólo con el pensar que sin base no sirve de nada.
El educar implica la suma de estos dos contenidos (y del contenido procedimental) para lograr personas que en virtud de sus propios conocimientos puedan desarrollar una intelectualidad. 

Sigmundo

Cita de: Trip en Marzo 02, 2008, 14:35:08
Cita de: sigmundo en Marzo 02, 2008, 09:19:54
A ver Trip, una cosa es decir prefiero ver una película que escuchar al docente. En eso estamos de acuerdo. Pero partamos de la base que lo que motiva a los alumnos es justamente eso, perder la hora viendo una peli, no "el valor educativo" que la misma tenga.

Vos hablás de las clases de inglés, a mi me hicieron ver Siete Años en el Tíbet. ¿Me podés explicar que tiene de educativo Siete Años en el Tíbet? Incluso dejando de lado el valor de la película y tomando en cuenta que el objetivo sea escuchar el idioma, Siete Años en el Tíbet tiene menos diálogo y menos vocabulario que una película de Chaplín. ::)

O sea...  hay que tener un motivo razonable para proyectar una película en una clase, no sólo para que la clase no joda y así tener tiempo de corregir los exámenes. En mi experiencia personal son los menos los que tienen un motivo específico y razonado para pasar una película determinada y a partir de ahí explicar algún tema pero bien fundado.

Abrazo.

Sig.

Bueno, pero tambien esta la mano del docente para lograr el interes en los alumnos. Esta claro que muchos van a pensar "perdemos la hora con una pelicula", pero si despues logras que se enganchen a debatir con el tema de la pelicula, creo que el objetivo esta logrado.

Es como dijeron mas arriba, procesar la informacion, que no se queden con un simple dato, que lo den vuelta, lo miren desde distintos lugares, que vean desde donde lo vieron otros, que se lo critique, se lo defienda, que se piense, que se use la cabeza. Creo que la educacion, mas que nada, va por ese lado. Con el manual abierto siempre vas a poder hacer una operacion matematica teniendo la formula ahi, pero la clave es entender que estas haciendo, por que lo haces, para que, de que sirve, que razon tiene, que uso o aplicacion puede darsele, etc. A la formula vas a poder acceder siempre, a un docente que te explique y ayude a entender para que sirve y todo lo demas, no vas a poder acceder siempre y en casi cualquier lugar.

El uso de nuevas tecnologias es clave. Hoy los pibes tienen sobredosis de imagenes en sus vidas, el mundo es cada vez mas visual, de hecho escuchas un partido de futbol en la radio y te das cuenta de que un ciego seguramente no podria imaginarse el partido, siquiera el juego, con un relator como Closs, que es un idiota expresandose. En cambio con victor hugo podria hacerlo. No tiene nada que ver el ejemplo, pero a lo que voy es que se viene perdiendo la buena expresion oral, no tiene la misma llegada que tenia antes porque abunda la imagen actualmente. Y bien, si abunda la imagen, aprovechemos eso y usemos las herramientas que tenemos. Un profesor por mas bien que se exprese oralmente va a lograr poca atencion de parte de los alumnos si se lo compara con otro profesor de pocas palabras pero que usa imagenes para dar sus clases.

Si sos docente y sabes que cualquier investigacion que les mandes a hacer en el 90% de los casos van a tener el mismo texto, todos hicieron el copy paste del primer resultado que arrojo google, son todos los trabajos identicos, pero vos no haces nada para que puedan procesar esa informacion, no es culpa del chancho....Les pedis que escriban un comentario personal, que den su postura, que te digan si para ellos es cierto o no y den sus argumentos. Les pedis algo que les haga procesar esa informacion, que la digieran.


En fin.... no quiero explayarme demasiado.

Trip sos grosso, me convenciste... antes de leer todo lo que escribiste, prefiero ver la película  :jaja: Loco, demasiado reflexivo para un domingo con lluvia.  :P

Moira

Muy buenos tus comentarios TRIP!!! estoy de acuerdo
La escuela es para eso, para que nos enseñen a comprender a procesar datos, a emitir nuestras propias opiniones, de lo contrario, no tiene sentido. Seguimos siendo un pais sin cultura, sin opiniones, mas faciles de manejar por nuestros gobernantes.
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Por favor, NO uses el buscador; usá los indices =)